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¿Eres fan de las portadas de la saga Millenium o a ti tampoco te gustan?

Lo he dicho una y mil veces: no me fijo en las portada de los libros y no afectan, en absoluto, a mi decisión de compra.

No me importa que un libro tenga una portada fea, si el título o la sinopsis me llama la atención, se viene a casa. Si el libro tiene una portada preciosa pero una sinopsis insulsa… Se queda en la estantería para siempre.

A diferencia de Yai y Aurora, me cuesta muchísimo identificar a un libro por su portada y suelo olvidarlas con bastante facilidad. Los oyentes del podcast sois testigos de que he podido ver una misma portada dos o tres veces y, en cada ocasión, me he sorprendido pensando que era la primera vez que la veía.

Trilogía de portada Millenium

Sin embargo, hay veces que el horror supera a mi despiste, obligándome a memorizar algunas portadas que hubiera preferido no tener que ver.

Por eso, he decidido iniciar esta serie de artículos haciendo un repaso a las portadas de la saga Millenium, una serie de libros magistrales que, al menos en España, tenían unan portadas siniestras cuánto menos. Vamos a echarles un vistazo.

Las portadas de la saga Millemium

Como veis, casi todas las portadas tienen a la misma mujer como protagonista – salvo en en ‘Millenium 6: La chica que vivió dos veces‘ donde son dos las mujeres en portada – y, en todos los casos, las portadas resultan, como mínimo, perturbadoras.

Desde mi total desconocimiento del mundo del arte y la pintura, siempre he pensado que el objetivo del artista era crear imágenes que reflejaran esa ‘oscuridad’ detrás del personaje de Lisbeth Salander pero, aun así, creo que son portadas que no reflejan, en absoluto, la temática ni el estilo de los libros de la saga.

El origen detrás de las portadas de Millenium

Cómo siempre he tenido la duda sobre qué fue el motivo que llevo al artista a diseñar estas portadas, he decidido investigar un poco y os voy a dejar por aquí el resumen de lo que he aprendido.

El autor de las portadas es Gino Rubert, un pintor mexicano al que la editorial Destino le encargó diseñar unas portadas originales para los libros. Sin embargo, cuando llegó el encargo, Rupert estaba muy ocupado con otros proyectos, lo que no le dejaba demasiado margen para trabajar en las portadas.

Para solucionar el problema, el artista planteó a la editorial la posibilidad de reutilizar algunas de sus pinturas antiguas, readaptarlas y utilizarlas como portada y, en un giro de los acontecimientos que no nos vimos venir, la editorial dijo que sí a esa propuesta.

El resultado fue que Rubert terminó reutilizando unas pinturas que hizo en su día a su novia – ahora ex novia – Tamara Villoslada introduciendo nuevos elementos en la pintura y eliminando otros tantos para que, en teoría, encajasen con la temática de los libros. La idea de Rubert era que la figura de Tamara representase a Lisbeth, a su pasado y a los problemas que tiene que superar en cada uno de los libros. En la práctica, no tengo nada claro que esa idea se refleje realmente en las portadas. Sí, si hacemos un montón de acrobacias mentales podemos ver la relación en todas las portadas, pero sigo lejos de estar cómodo con ellas.

¿Te gustan las portadas?

Ahora que conozco la historia detrás de estas portadas, lo cierto es que me gustan algo más pero, aun así, yo habría optado por algo completamente diferente.

La pregunta ahora es: ¿Qué os parecen a vosotros? ¿Os gustan las portadas o sois de los que también hubiesen preferido algo distinto?